Decidiendo la forma legal para emprender

camino equivocado

Este post fue escrito por Carlos Taboada y Ana Carolina Álvarez, abogados expertos en el tema. A ellos: gracias por tomarse el tiempo de explicar con tanta claridad las opciones legales que tenemos para emprender.

Organizar una empresa tiene una dimensión legal dada por la forma jurídica de ejercer la actividad económica. Las principales opciones jurídicas que tiene el empresario para organizar su negocio son hacerlo por cuenta propia (a nombre personal) o bien a través de una sociedad. Los tipos de sociedades más utilizadas en Nicaragua son la Sociedad Anónima (S.A.) y, en menor grado, la Sociedad Colectiva con limitación de responsabilidad, conocidas como “compañías limitadas”. Veamos algunas características de estas opciones.

La forma más sencilla -y frecuente- para operar un negocio o actividad económica es a nombre propio. Las ventajas de operar podrían resumirse en dos: no se necesitan socios y la carga tributaria es menor y menos formal. Sin embargo, la gran desventaja es que el patrimonio personal, aún el que no tiene relación con el negocio, responde por las deudas del negocio (esto quiere decir que lo podés terminar perdiendo todo).

Por esta razón, muchos empresarios prefieren operar a través de sociedades anónimas o compañías limitadas. Así, los socios responden de las obligaciones de la empresa únicamente hasta por el monto de sus aportes reduciendo el riesgo para su patrimonio personal.

La sociedad anónima es una “sociedad de capital” en la cual, en términos generales, la identidad de los socios es irrelevante, mientras que la compañía limitada es una “sociedad de personas”, y por tanto, la identidad de los socios un elemento esencial. De esta forma, cuando el plan de negocios requiere levantar capital, la sociedad anónima puede ser mejor opción. En cambio, si lo importante son los socios, como en el caso de empresas de servicios profesionales, clínicas o consultorías, o empresas familiares, muchos podrán optar por la figura de la compañía limitada.

Otras diferencias entre las sociedades anónimas y las compañías limitadas que destacamos son:

Formales legales

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Considerando estas diferencias, el empresario, con un buen asesor legal, podrá identificar qué figura legal conviene más para su propio plan de negocios.

 

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