Cuánto valés… financieramente hablando

Seguramente más de alguna vez en tu vida has escuchado hablar del balance general de una empresa. Quizá, si sos contador o financiero, incluso te toca hacer, analizar y trabajar con uno, ¿no es así?

Pero, ¿cuántos de nosotros nos hemos tomado la molestia de calcular el valor neto hacer de nuestra vida? Muy pocos, te lo garantizo. Incluso yo, después de 5 años dedicándome a las finanzas personales, debo confesar que apenas hace unas semanas me senté a hacer el mío.

Ahora, ¿por qué esto del balance importa para comenzar? Pues bien, dicen las malas lenguas que para saber dónde vas, tenés que saber primero dónde estás. Es algo así como cuando decís “quiero bajar de peso”, pero para saber cuánto debés bajar, tenés que comenzar por subirte a la balanza, ¿es o no es? A partir de ahí, comienzan los planes del camino a recorrer para estar donde querrás.

Además, el valor neto es una medida de tu salud financiera que básicamente te dice lo que te quedaría si vendieras todos tus activos para pagar todas tus deudas. En suma, cada movimiento financiero que hagás debe estar dirigido a aumentar tu patrimonio neto: aumentando los activos o disminuyendo los pasivos.

Así que ¡manos a la obra! Tomá un cuadernito o tu computadora y comencemos a trabajar. Necesitás conocer lo siguiente:

  1. Activos

Los activos son todas aquellas cosas con las que contás dentro de tu patrimonio y/o que te sirven para ser productivo y/o generar más ingresos. Algunos ejemplos son:

  • Casas
  • Carros
  • Cuentas de ahorro
  • Certificados de Depósitos
  • Fondos para el retiro
  • Inversiones en la Bolsa
  • Propiedades
  • Fincas
  1. Pasivos

Son las deudas o cuentas por pagar de corto, mediano y largo plazo. Algunos ejemplos son:

  • Crédito hipotecario
  • Crédito automotriz
  • Saldos en tarjetas de crédito
  • Saldos en préstamos personales
  • Saldos en extra-financiamientos
  • Saldos en casas comerciales
  • Deudas con prestamistas
  • Deudas con personas naturales
  • Cualquier otra deuda grande o pequeña que tengás con personas o instituciones
  1. Ahora restá

Sencillo: tomá el total de tus activos y restalo al total de tus pasivos. El resultado es tu valor neto… y espero que sea positivo ;).

Ahora, si tus números no salieron positivos, no te preocupés, es momento de tomar el sartén por el mango y ser más prudente y mesurado en las decisiones financieras que tomés de ahora en adelante. ¿Qué quiere decir esto? Priorizar el pago de deudas y, de momento, posponer las inversiones.

Por qué este ejercicio importa

En realidad, el mayor valor al realizar estos cálculos es la comparación que podés hacer en el tiempo. Es decir, esta cifra que calculés hoy, probablemente no te dirá mucho –más que si estás en positivo o negativo-, pero cuando la comencés a comparar mes tras mes, o año con año, verás cómo has ido mejorando… o empeorando ;).

En el siguiente mes, ponele mente a las decisiones financieras que tomás. ¿Estás gastando mucho innecesariamente? ¿Estás llevando una vida frugal? ¿Estás ahorrando para tu retiro o para hacer inversiones?

Cuando el mes termine, volvé a calcular tu valor neto y compará el resultado con el mes pasado. ¿Tu valor creció o disminuyó? Si estás en el proceso de salir de deudas, tu valor neto debería ir creciendo cada vez más rápido a través de los meses, porque al ir pagando tus cuotas, menos de él se va a pagar intereses ;).

Así pues, tu valor neto importa por dos razones:

  • Te permite medir tu salud financiera en un número.
  • Te permite dar seguimiento a tus mejores –o caídas- financieras a través del tiempo.

Podrás ver el impacto que tiene cada una de tus decisiones financieras, desde el pago de deudas, hasta el ahorro para tu retiro, o vivir una vida frugal.

Hora de trabajar

Y como a mí me gusta hacerte la vida más fácil, por acá te dejo ya una plantilla hecha, solo para que vos pongás tus datos y calculés tu valor neto ;). La podés descargar gratuitamente acá:

Valor Neto Plata con Plática

Comentarios

Artículos relacionados